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Registros Psicosomáticos Biográficos de las Lactancias de las Infancias

lactancia

En este estudio, Lizarraga explora las experiencias de menores de edad de 4 a 11 años que han sido amamantados y la experiencia materna en el amamantamiento.

Por IESMP

Si echamos la mirada atrás y hacemos un recorrido por la narrativa, no sólo médica, sino ampliada a una dimensión social y sus creencias, sobre la lactancia, nos daremos cuenta que se ha explicado y creído casi exclusivamente en términos nutricionales (calorías,  hidratación).

A día de hoy sabemos, gracias a la evidencia científica y sobre todo, escuchando y leyendo testimonios, que su función transciende más allá del alimento llegando a ser una buena dosis de prevención de patologías posteriores; por lo que consideramos que es la herramienta fisiológica del vínculo (Ibone Olza).

La lactancia materna es una experiencia profundamente corporal y relacional que, a través del contacto, el olor, la mirada, la temperatura, el ritmo y la liberación de hormonas como la oxitocina, facilita la regulación y la seguridad; dejando huella en la biografía de la díada, tanto en la madre como en el bebé que, en el futuro, se convertirá en un adulto.


A continuación, presentamos el trabajo de investigación realizado por Ma. Florencia Lizarraga de Córdoba, Sierras Chicas, Argentina, sobre Registros PsicoSomáticos Biográficos de las Lactancias de las Infancias. Recuperar y valorar los relatos vivenciados, explorados y acuerpados.

En este estudio, Lizarraga explora las experiencias de menores de edad de 4 a 11 años que han sido amamantados y la experiencia materna en el amamantamiento, a través de metodología cualitativa en formato entrevista. En sus conclusiones, muestra que este vínculo temprano permanece vivo en la memoria, incluso muchos años después.

Destacan los relatos infantiles por su gran percepción somática, algunos de sus respuestas a preguntas como: ¿Recordás si tomaste teta o mamadera?. ¿Qué fue lo más te gustó de esa experiencia?

R: “Era calentita”, “Me gustaba estar cerca de mamá”, “sabor dulce”. Para ellos, la lactancia fue un espacio de contacto, regulación y seguridad.

Las madres, por su parte, describen experiencias complejas, relacionadas con el cansancio, el placer y la entrega. Por tanto, la lactancia se revela como un territorio donde confluyen varios factores, pero destacan la capacidad de sostener y ser sostenida.

En el estudio, Florencia Lizarraga, comparte sus reflexiones y resultados:

“Siento la sensación de la inmensa subjetividad autobiográfica que navega en cada persona, tanto en la adulta como la pequeña, en esta gran vivencia compartida que es la lactancia. Se siguen abriendo preguntas, y al mismo tiempo sentir la certeza de la importancia de validar las sensaciones corporales y emocionales que se presentan en las experiencias fisiológicas que transitamos como persona especie humana. Encontrar espejos en los relatos me devuelve de lo imprescindible de poder encontrarnos y acompañarnos en este proceso, y de lo urgente de que no solo sean profesionales de la salud y educación especializados en el área, si no poder construir un cuidado compartido, comunitario y ecosistémico. Esto nos permitirá poder desplegar nuestras potencias y desarrollar nuestras capacidades de amar y de ser amadxs desde el principio del placer de la vida”.

Como Instituto, queremos agradecerte este gran trabajo ya que consideramos que en la salud mental perinatal es necesario tener presente la variable corporal, volver al cuerpo. Además de acompañar la construcción de estos relatos que nos muestran como impregnan las vivencias en la memoria somática.